Cuando pensamos en la relación entre México y Japón, es fácil imaginar sushi con chile o tacos de takoyaki (¡sí existen!). Pero la conexión entre estos dos países va mucho más allá de lo gastronómico: se trata de una amistad con raíces profundas, históricas y muy actuales.

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Una historia que empezó hace más de 400 años
La relación entre México y Japón no es cosa reciente. Todo comenzó en 1609, cuando un barco japonés naufragó en las costas filipinas y fue rescatado por españoles rumbo a la Nueva España (México). Poco después, el samurái Hasekura Tsunenaga viajó desde Japón a Acapulco como parte de una misión diplomática. ¡Fue el primer embajador japonés en América!
Desde entonces, los lazos entre ambos países han sido constantes, aunque con pausas por los cambios globales, como guerras o reformas políticas. Ya en 1888, México y Japón firmaron su primer Tratado de Amistad, Comercio y Navegación, convirtiendo a México en el primer país latinoamericano con relaciones formales con Japón.

Amistad moderna y sólida
Después de la Segunda Guerra Mundial, México fue uno de los primeros países en restablecer relaciones diplomáticas con Japón. Desde 1952, ambos países han trabajado juntos en muchos niveles:
- Diplomacia: Hay embajadas activas, visitas oficiales frecuentes y participación conjunta en foros internacionales como APEC.
- Educación y ciencia: Intercambios académicos, becas (como las de la JICA o el Monbukagakusho), y cooperación científica en áreas como tecnología y medicina.
Comercio e inversión: una relación económica estratégica
Japón es uno de los mayores socios comerciales de México en Asia. Desde que firmaron el Acuerdo de Asociación Económica en 2005, los números han crecido:
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- Empresas japonesas como Toyota, Honda, Nissan y Panasonic tienen plantas en México.
- México exporta a Japón productos como aguacate, atún, carne de cerdo, tequila y más.
- Japón aporta tecnología, maquinaria, autos y electrónica.
Este intercambio no solo genera empleos en ambos países, sino también oportunidades de colaboración a largo plazo.

Cultura compartida: de anime a mariachi
La conexión cultural entre México y Japón es única. Cada vez más jóvenes mexicanos aprenden japonés, consumen anime, celebran festivales como el Tanabata o el Hanami, y sueñan con viajar al país del sol naciente.
En Japón, también hay interés por la cultura mexicana: el Día de Muertos es muy popular, y la comida mexicana —aunque adaptada— gana terreno. Además, la comunidad mexicana en Japón (y japonesa en México) fortalece los lazos día a día.

Una relación que florece
Hoy en día, México y Japón mantienen una relación amistosa, respetuosa y muy activa. Más allá de los tratados y el comercio, hay un puente cultural entre ambas naciones que sigue creciendo gracias a la curiosidad, el respeto mutuo y la pasión por compartir.
Si estás aprendiendo japonés, ¡estás en el lugar perfecto para entender mejor esta amistad internacional! Conocer la historia y los vínculos entre nuestros países te da contexto cultural, vocabulario útil y, por qué no, un poquito de orgullo por formar parte de esta hermosa conexión.